La filosofia en México: La década de los noventa
Ahora que el siglo agoniza y que las perspectivas de lo nuevo, de lo renovador, del cambio indispensable atropellan nuestro presente sin permitir que concluya el ultimo decenio del siglo XX, conviene reflexionar sobre lo ocurrido en la filosofía mexicana y tratar de vislumbrar cual será susuerte en la proxima década de los noventa.
La filosofía llegó a México con los complejos signos de la cultura espanola del siglo XV. Una cultura renacentista con la enorme fuerza de los siglos de oro que produjeron uno de los momentos màs altos de toda la creación literaria universal. Elcrecimiento y la maduración de la lengua castellana fueron como el signo premonitorio del encuentro con América. Pero la filosofía que vino después a México y en generalal continente americano fue anacronica. La contrareforma hizo que fuese aún más penosa la situacíon que volvió la espalda a los grandes sistemas del siglo XVII privandonos del conocimiento de Descartes, Bacon y Spinoza. América fue la consecuencia más destacada del Renacimiento pero nació caminando hacia atras en el sendero superado delafilosofiaescolástica. Este pensamiento nos separó del racionalismo, el experimentalismo y los seguros de las filosofias de corte empirista, dejandonos en un punto muerto de dificil recuperacion; pero fué una filosofía auténtica y funcional en tanto quefue el pensamiento que justificó la dominacion y la conquista. Salazar Bondy con razón afirma:
«Los temas americanos no dejaron de hacerse presentes como elemento nuevo en la inquie-tud teórica, hay un rico acervo de meditaciones filosofico-teológicas en torno a la humanidad del indio, el de recho de hacer la guerra a los aborigenes y el justo titulo para dominar Amé-rica, que es lo más valioso del pensamiento de los siglos XVI y XVII. Gracias a él la escolástica alcanza por momentos un tono vivo y creador, justamente en la medida en que toca la problemática de la existencia en el orbe recien conquistado y en proceso decolonización»(1).
Durante el largo sueño colonial las obras de Benito Jerónimo Feijoo, Jovellanos, Villarroel y otros ingenios ilustrados de España se difundieron ampliamente en el siglo XVIII preparando el camino de la independencia. El romanticismo llegó con las luchas secesionistas del siglo XIX y otros pensamientos se hicieron presentes. Pero fue la filosofía positivista de Augu-sto Comtey Herbert Spencer la que co nmayor fuerza contribuyó al desarrollo de un pensamiento progresista en México. No obstante las limitaciones propias de esta filosofia se levanto como el pensamiento indispensabile para que México buscara los fundamentos de un derecho, de una educación y una ciencia republicanas y ademas luchara contra la fuerza de la iglesia que era el arbitro supremo de la vida política y factor de poder de la gran oligarquia utilizado contra los intereses de las clases populares.
La nueva filosofía del siglo XX en México parte de la critica de la filosofía positivista que se había arraigado a partir de las leyes de reforma de Benito Juarezy de la fundación de la Escuela Nacional Preparatoria llevada a cabo por el incansable Gabino Barreda, conocedor del pensamien-to de Comte con quien había trabado amistad en la capital francesa. Ju-sto Sierra, divulgador del pensamiento evolucionista de Spencer y cabeza visible de la corrtente positivista ofrecía en nombre de los ideólogos de esta tendencia en cada nuevo periodo reelección presidencial al «tirano honra-do», general Porfirio Diaz y éste a su turno dejaba la dirección de la edu-cación en manos de los sabios positivistas y las finanzas públicas en las de la burguesía ascendente. No obstante, para la ultima reelección, Sierra no propuso el nombre del general Diaz, sino que abrio el debate critico contra el gobierno y desde su propio seno, era secretario de Instrucción Publica, inició la lucha
Al atacar al positivismo, filosofia oncial desde la época de la Reforma, el Ateneo, asumía una postura contra el gobierno pero ésta no coincidía con los fines populares del movimiento surgido en 1910, ni con los intereses de la revolución politica que encabezaba Francisco I. Madero, ni mucho menos con los de la revolución social que acaudillaba Emiliano Zapata y los movimientos agraristas. Por otra parte, no todos los miembros del Ateneo estuvieron contra el régimen de Ponirio Diaz, basta recordar la actitud de Antonio Caso.
Los miembros del Ateneo volvieron a introducir la religiosidad puestaen entredicho por los positivistas, reelaborando con las obras de Bergson, Boutroux y otros, nuevas formas de catolicismo que presentaban como algo en apariencia renovado. Cabe anotar que sus críticas contra el positi-vismo no desbordaron elmedioreducido del circulo académico y no lograron afectar la conciencia general de la nación, ni menos aún, influír en las instituciones políticas, no obstante que José Vasconcelos llegó a desempenar la Secretaria de Educación Publica y que siempre identificó al po-sitivismo con el imperialismo norteamericano. Esta lucha se libró en el terreno estrictamente universitario y muchas formas del viejo positivismo reaparecieron cono fundamento importante en los mismos revolucionarios que ocuparon puestos destacados en los gobiemos que surgieron después de 1910 (2).
La crítica contra las tendencias positivistas hecha por José Vasconce-los no atendía a circunstancias históricas reales de México, sino que recaia sobre el caracter racionalista y sobre el proyectado modelo de ciencia, que por lo demás no se había desarrollado en México, para resaltar la importancia de un irracionalismo sentimental estético que no implicaba un paso adelante y que más bien actualizaba las tésis del uruguayo José Enrrique Rodó. El irracionalismo de Vasconcelos llegó a México cuando en el viejo continente, como dice Lukacs «este irracionalismo fue considerado como insuficiente por parte de la extrema reacción, ya antes de la primera Guerra Mundial, como lo demuestra la oposición de derecha contra Croce por parte d Papini y otros» (3).
La gran personalidad filosófica del Ateneo de la Juventud fue Antonio Caso.Reyes, profundamente preocupado por las culturas clásicas,notocótemas defilosofíasinotangencialmente y más bien desde la literatura enla quefue un gran maestro. La obra de Caso si dejó huella en la formacion del pensamiento mexicano del siglo XX, no solo por su ininterrumpida labor de muchas años en la Escuela de Filosofía de la Universidad de México, que él mismo fundó, sino por sus múltiples publicaciones, conferencias y articulos sobre las más diversas cuestiones. A veces se escucha el reproche contra el fundador de la Escuela de Filosofia de su eclecticismo pero éste sirvió grandemente en un ambiente en donde eran desconocidas las corrientes de los pensadores clasicos y contemporáneos. Ademas, Caso, presentia la necesidad de hacer una filosofía desde las con-diciones especificas de México; fue a partir de estas reilexiones como se desarrollo el pensamiento de las nuevas generaciones. A Caso, le cupo, entonces, el mérito de darle paso a una posible filosofía latinoamericana, aun-que Justo Sierra un poco antes, consideraba la necesidad de una filosofía de lo mexicano, y Vasconcelos, propusiera el frustrado proyecto de filosofía latinoamericana.
La nueva filosofía mexicana surgió en la década de los veinte con la generación de los «Contemporáneos» llamada así porque se agrupó en torno de la revista del mismo nombre publicada entre 1928-31 a la cabezade la cual brillaba el talento filosófico de Samuel Ramos. Fue una generacion que dedico más tiempo a los quehaceres litirarios donde alcanzó importantes producciones. Surgio con espíritu universal en oposición al desmedido mexicanismo secuela de la Revolución de 1910, aunque Samuel Ramos en El perfil del hombre y la cultura en México se haya podido a cercar a lo auténticamente mexican omarcando un sendero parala investigacion que ha tenido importantes logros. No fue ajeno, Ramos, a la concepcion historicista de Dilthey ni a la filosofía perspectivista de Ortega.
La filosofía por esos años se enriqueció notablemente con la difusión del pensamiento alemán hecho principalmente por José Ortega y Gasset desde la «Revista de Occidente». Dilthey, Max Scheller y Nicolai Hartamann traian un punto nuevo para la discusion filosófica. Por otro lado Antonio Caso difundió el pensamiento de Husserl desde su cátedra de la Universidad de México y dió a conocer el pensamiento perspectivista de la filosofía raciovitalista de Ortegay Gasset, que refrescaron saludablemente la atmósfera filosófica de México hasta entonces limitada al pensamiento francés.
La generación de transterrados espanoles que llegó a México en 1938 reforzo los estudios filosóficos dándo les principalmente mucho rigor y profesionalismo. A partir de sus enseñanzas se haproyectado en México una comunidad filosofica bien preparada y con suficientes instrumentos metódicos. Numerosa y bien formada fue la generación española que se estableció en México a raiz de la guerra civil. Eran discipulos de Ortega y en menor grado de Miguel de Unamuno y se habían formado con la influencia del pensamiento alemán y principalmente con el influjo del krausismo que llevó a España Julian Sánz del Río y divulgó ejemplarmente la acción pedagógica de don Francisco Ginerdelos Ríos. Entre la brillante nómina depensadores que vinieronaMéxicodebemos destacar a Joaquin Xirau, Jo-séGaos, Juan David,GarciaVacca,EugenioImaz, José MedinaEchever-ría,Luis Recaséns Siches, Juan Roura Parella y Eduardo Nicol. Los mae-stros mejor datados eran Joaquín Xirau,desaparecido prematuramente y José Gaos que dejó una profunda huella en los filósofos que formóalolar-gode su vida dedicada a la enseñanza. A Gaos le cupo el honor de fundar una filosofía en México que ya no era ejercicio de aficionados sino de profesionales calificados. Sin embargo, el excesivo rigor que inculcó a sus discipulos frustró algunos talentos que espantados dejaron la pluma por-queelcultoalaprecisionsetransformó eninseguridad. Era elelevadopre-cio que exigía un verdadero profesionalismo.
Se podría decir que la filosofía mexicana del siglo XX, la generación del Ateneo se desarrolló desde el centenario hasta 1925, y que la siguiente de Samuel Ramos lo hizo hasta 1940. De ahí en adelante surgieron una gran diversidad de tendencias y en ocasiones los pensadores fueron estrellas solitariasque sin embargo obtuvieron reconocimiento académico de la universidad donde impartieron sus cursos. Desde esta misma épocade desarrolla el interés por los estudios marxistas en México. Vicente Lombardo Toledano publica algunos trabajos y tiene una polémica con Antonio Caso en1933, en la cual tardiamente participó el mismo Ramos, cuando hizo una critica de la educación socialista en México.
Este largo trayecto recorrido por la filosofía hace que ella haya madurado; en México hay un grupo de filósofos bien informados con una alta preparacion académica y con publicaciones que han merecido la atención de auditorios extranjeros. Los filósofos mexicanos participan en condicio-nes favorebles en congresos y simposios internacionales y solamente hace falta un mayor estímulo por parte de las universidades, centros de investigacion y autoridades educativas para que su labor
pueda descollar más.
En la actualidad en la universidad mexicana se afirman muchas corrientes y tendencias. Se destacan entre ellas la filosofía latinoamericana; la filosofía analitica; la corriente marxista y el estudio de la obra de Jürgen Habermas. Este cuadro de preferencias indicado por los cursos que se imparten en la universidad mexicana no deja de ser, por lo demás, bastante parecido al de otros paises del continente. El interés por la obra de Heidegger sigue siendo constante lo mismo que por algunos aspectos del existencialismo de Jean Paul Sartre. Sin embargo, esta gran diversidad de ten-dencias le imprime a la filosofía mexicana un aire de universidad, pero a su turno, señala con dramatismo la ausencia de un interés comun, de un método más o menos uniforme, de un sentido específico en la filosofía. Aunque existen autores muy significativos en México la tendencia continua siendo la de la afirmación en la simple enseñanza. México on es país de grandes autores sino de magistrales profesores. Esto ha traído como consecuencia que la labor de los profesores no sea insistentemente investivativa sino más bien de carácter divulgativo.Y este fenómeno no es ajeno a que en México, como en el resto de latinoamerica, no exista una auténtica filosofía, sino más bien una explicacion y justificacion de corrientes que han surgido en Europa por el impulso y la fuerza de situaciones muy concretas, pero ajenas a nosotros. Ha sido constante de la filosofía en México seguir muy decercalos trabajos e investigaciones puestas por el pensamiento europeo dónde por razones historico sociales se generan movimientos a partir de surcos muy profundos dibujados en lasraíces mismasde la sociedad. Sobre este punto Gaos, Ramos y toda una constelacion de pensadores se han ocupado. Es como una fatalidad histórica que no puede ser soslayada. Sin embargo, la reflexión insistente sobre este problema indica algunas soluciones que en una u otra forma se están teniendo encuenta. Sabemos que somos dependientes de fuerzas económicas y políti-cas exteriores a nosotros y que la filosofía no ha encontrado su camino propio por esta dependencia.Peroelhechode hacer consciencia sobre elpro-blema nos coloca en elcaminode su solución. Los grandes acontecimientos que estan estremeciendo al mundo nos abren una brecha de esperanza. El hecho de que en la Unión Soviética se conquiste una auténtica de-mocraticia socialista que recupere el pensamiento libertario de Carlos Marx, extraviado en el oscuro pasaje de Stalín y Breznev, nos abre grandes posibilidades. Nos movemos bajo el signo de la búsqueda de una pluralidad política y una activa participación de las masas en la conducción realdela sociedad. En México,como en Moscú, Budapest, PragaoSantiagoselucha por alcanzar auténticos estadios deafirmacióndemocrática. La liber-tad paulatinamente conquistada en la UniónSoviética ha sido la condición de la liberación política de los estados del oriente europeo. Es cierto que el deshielo de la perestroika no pasa por los Estados Unidos como nos lo demuestra la política económica de esa nación hacia los productos latinoa-mericanos y la brutal agresión contra el pueblo de Panamá, pero la distensión intemacional y el buen juicio de la política soviética, nos permitiran gradualmente ir conquistando la libertad y soberanía que no hemos gozado. Los Estados Unidos no pueden continuar ejerciendo una política hacíasus vecinosdel sur irracional y reñida con los más elementales principios de la moral política y del derecho internacional. Sin embargo, no podemos esperar que la justicia nos llegue por el oleáje democratico que estremece al mundo, sino que tenemos que luchar y conquistar nuestra soberaníae independencia nacionale. Quando lo anterior ocurra podremos esperar un gran florecimiento filosófico de todas las tendencias que se agitan en México. Inclusive el marxismo podrá dar frutos de benedición no conocidos por la enajenación de la guerra fría, la pausa de la posguerra y la adulteración del socialismo. Pese a las virtudes y limitaciones que hemos señalado la filosofía mexicana cuenta con una buena estructura para desarrollarse con fuerza y creatividad durante la década de los noventa. Su labor deberá continuar siendo, como hasta la fecha, conciencia lucida de nuestro desenvolvimien- to historico y crítica severade nuestro ser social. La filosofía es saber, crítica y actuación y su presencia es indispensable para el encuentro de nosotros mismos y de los grandes valores de nuestra cultura.
Juan Mora Rubio
(1) Salagar Bondy Augusto, Sentido y problema del pensamiento filosofico hispano-americano, «Dialectica, UAP, Puebla», no.9, diciembre de 1980. contra el positivismo que era el pensamiento oficial de la dictadura porfirista. Sin embargo, exiscían antecedentes como la revista Savia Moderna fundata por Ricardo Gómez Robelo, Alfonso Cravioto y Luis Castillo Ledon en 1906 en la quel el primero inició la critica de la filosofia positivista. Mas tarde, el 28 de octubre de 1909 se fundó el Ateneo de la Juventud, cuyo primer presidente fue Antonio Caso, esta famosa asociación agrupó a muchos escritores, artistas y en general intelectuales en torno a la figura del dominicano Pedro Enríquez Ureña, que con paciente actitud socratica, se dió a la tarea de enseñar a toda una generación jóven las nuevas corrientes de la filosofía europea. El Ateneo de la Juventud consolidó su existencia y definió su actitud contra la filosofía positiva en una serie de seis conferencias que en 1910 fueron pronunciadas por los más destacados miembros de la organización. La última corrispondió a José Vasconcelos con el titulo de Don Gabino Barreda y las ideas contemporáneas en la que no solamente criticò al positivismo sino que de paso planteò su proyecto filosófico del esteticismo anti-racionalista.
(2) Cordova Arnaldo, «La filosofía de la revolución mexicana» en La filosofía actual en América Latina, Ed. Grijalbo, 1976, p. 45.
(3) Lukacs Georg, El asalto a la razón, FCE, México, 1959, p. 17.
Da “Spiragli”, anno II, n.4, 1990, pagg. 17-23